Ciencia ficción DURA vs BLANDA



¿Qué es más importante en una historia de ciencia ficción? ¿El rigor científico? ¿Tal vez los futuros dilemas que se exponen? Hablemos de ello.

Acabo de salir del cine. He visto la adaptación de la obra de Masamune Shirow, Ghost in the Shell: El alma de la máquina.
Me ha recordado que tenía este artículo pendiente. La forma de llevar la historia de Motoko, encarnada por una Scarlet Johanson que no conoce la decadencia como actriz, ha mostrado la obra justo en el punto medio entre dos formas de comunicar la ciencia ficción al público.

Hablo de los polos DURO y BLANDO de la ciencia ficción. Con Ghost in the Shell han hecho una curiosa y arriesgada apuesta. Para entenderla mejor, vamos a definir primero qué significan estos conceptos de ciencia ficción dura y blanda.

CIENCIA FICCIÓN DURA (hard SF)

P.S. Miller acuñó este término para referirse a aquellas obras cuya atmósfera científica y tecnológica está justificada y explicada con mucho rigor, con mucha lógica y mucha precisión. Isaac Asimov encabeza esta rama con sus obras cumbre, como La Fundación. El lector aficionado a esta rama goza con el reto de buscar fallos dentro de la lógica física y matemática del universo creado por los autores que lee. La narración es verosímil y la obra tiende a gozar de un lento envejecimiento.

Para poner un ejemplo más claro, si leemos una ópera espacial y al terminar somos capaces de explicar cómo vuela la nave de los protagonistas, qué combustible lleva o qué leyes rigen la tripulación de esa flota estelar, nos encontramos ante una obra de ciencia ficción dura.

CIENCIA FICCIÓN BLANDA (soft SF)
Este término nació precisamente de la oposición al anterior y sirvió para abarcar las obras que buscan más la expresión de dilemas, debates o emociones, sin atender a los detalles técnicos o físicos de la historia. Tiene una estructura más poética y una facilidad mayor para conectar con el público. Es la rama por la que se suele comenzar.
La industria del cine, en la mayoría de las ocasiones, se ve obligada a trabajar en esta rama para poder narrar un argumento atractivo, encajar buenos efectos especiales y garantizar taquilla. De hecho, aunque la obra en la que se inspirasen no fuese blanda, al final acaba produciéndose un necesario proceso de "suavización" para lograr un producto cinematográfico viable.
El ejemplo más conocido y representativo de esta rama es la obra de Philip K. Dick: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? que constituyó una fuente de inspiración para la película Blade Runner de 1982 (y de la que pronto podremos disfrutar con un reboot adaptado a nuestro tiempo)

De cualquier forma, como en todo, no podemos hacer una clasificación radical entre lo duro y lo blando. Siempre existen escalas intermedias entre ambas propuestas.

Lo que me ha llamado precisamente la atención de Ghost in the Shell es que muestra la rama blanda en su argumento, algo difícil para una historia venida de un genio de oriente. La rama dura, sin embargo, solo se aprecia si el espectador desea hacerlo a través de la imagen, los efectos CGI... Gracias a la capacidad técnica y creativa que posee hoy día el cine, puede lograrse respetar la dureza de una obra de tal naturaleza haciendo que un espectador medio no tenga que preguntarse, por ejemplo, cómo se está reparando un androide. Es completamente opcional fijarse.
Mientras uno se preguntaba qué tipo de programa movía el brazo robótico que iba imprimiendo en 3D piel sintética sobre la protagonista (sus engranajes, el material,...), mi mujer y mis amigos podían estar centrados solamente en qué sentía en ese momento sobre sí misma, la expresión de su rostro mirando ese proceso de reparación... Todo ello ignorando los detalles técnicos y sin dejar de disfrutar de la obra.

Comentarios