Física y viajes espaciales para Ciencia Ficción IV - Star Trek DISCOVERY
Rescatamos esta sección, para no olvidarnos de nuestro público más "hard" en ciencia ficción. La franquicia Star Trek está volviendo a sorprendernos con la serie Discovery, estrenada hace poco en Netflix, y que ya va por su quinto episodio.
No temáis, no hay spoilers por aquí.
La novedad que introduce la USS Discovery en el motor de curvatura -del que ya hablamos en la publicación anterior-, es una extensión añadida basada en esporas.
Los guionistas tienen un especial cuidado a la hora de explicar como funciona, y lo hacen con una exquisitez de alto nivel.
La premisa se centra en que el universo contiene un "sistema de carreteras" formado por nubes de esporas, y que ciertas criaturas son capaces de captar información a través de las mismas -independientemente de su distancia-. Otros pueden incluso viajar por ellas. En este caso, los personajes son capaces de aprovechar este don biológico para desarrollar e integrar una tecnología basada en el aprovechamiento de esta habilidad. De esta forma, desbloquean ese nuevo y completo mapa estelar, basada en esa red micelial.
No obstante, lo que hace interesante a las historias, es que aquellas oportunidades a las que pueden acceder los personajes, deben tener su contraprestación, o su justo precio. No se regala nada.
En este caso, quien sufre -o tiene que pagar- para lograr un salto a gran distancia, es el elemento navegador, y no el motor de la nave. Es decir, quien tiene la capacidad de guiar sobre el que la tiene para mover el vehículo que se desplaza. Ahí tenemos el concepto original, que escapa a la ya clásica explicación centrada solo en el motor, o en la infraestructura de la nave.
Un sistema estupendamente trabajado.
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